Los servicios de urgencias se encuentran hoy en una situación límite. El volumen de pacientes aumenta y el personal no da abasto, por lo que las largas esperas se han convertido en la norma más que en la excepción. Entre los muchos cuellos de botella que se producen en los flujos de trabajo de los servicios de urgencias, los retrasos en los resultados de las pruebas de laboratorio, especialmente los hemogramas completos, pueden ralentizar considerablemente el triaje y las decisiones de tratamiento.
Pero, ¿y si este paso fundamental pudiera realizarse en menos de cinco minutos, junto al paciente? El hemograma en el punto de atención es una poderosa herramienta que está redefiniendo la velocidad de diagnóstico y la calidad de los análisis. eficacia de la atención de urgencia.
Por qué persiste la saturación de los servicios de urgencias
Los servicios de urgencias de todo el mundo están sometidos a una presión cada vez mayor. Sólo en Estados Unidos, el tiempo medio de espera en urgencias para ver a un médico llegó a 162 minutos en 2022, un aumento significativo respecto a los años anteriores a la pandemia (Business Insider). El hacinamiento ya no es sólo un problema de experiencia del paciente; se ha convertido en una amenaza sistémica para el rendimiento de los hospitales, los resultados de los pacientes y la moral del personal.
Múltiples estudios han trazado una línea recta entre la saturación de los SUH y el aumento de la mortalidad, los retrasos en el tratamiento y la reducción de la calidad asistencial. Entre los factores que contribuyen a esta situación se encuentran la escasez de personal, la disponibilidad limitada de camas de hospitalización y, sobre todo, los retrasos en los diagnósticos de laboratorio, que son esenciales para clasificar y diagnosticar a los pacientes.
El papel de los diagnósticos de laboratorio en el rendimiento de urgencias
Uno de los pilares de la medicina de urgencias es la selección rápida de los pacientes. Para aquellos que presentan fiebre, dolor torácico, fatiga inexplicable o signos de infección, una de las herramientas diagnósticas más comunes y clínicamente informativas es el hemograma.
Sin embargo, los hemogramas tradicionales suelen requerir la extracción de sangre y su envío a un laboratorio central, donde el tiempo de respuesta puede oscilar entre 45 minutos y 2 horas, dependiendo del flujo de trabajo del hospital y de la acumulación de trabajo. Cuando incluso los análisis de sangre básicos se retrasan, también lo hacen el diagnóstico, el ingreso o el alta.
Este cuello de botella suele provocar estancias prolongadas en urgencias, congestión de camas y un mayor riesgo de "se fue sin ser visto"(LWBS). Las cifras exactas varían: los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) afirman que más del 2% de los pacientes de urgencias se marchan antes de ser atendidos, y algunos estudios consideran que son el 8,77% de los visitantes de urgencias (Acta Biomed).
Pruebas en el punto de atención: Una solución estratégica
Las pruebas en el punto de atención (POC) han surgido como una solución práctica para reducir los retrasos en el diagnóstico. A diferencia de los laboratorios centralizados, los dispositivos POC permiten obtener resultados rápidos directamente en la cama del paciente o cerca de ella, a menudo en cuestión de minutos. En el contexto de los servicios de urgencias, esta rapidez puede mejorar drásticamente la toma de decisiones y reducir los cuellos de botella.
Un estudio aleatorizado y controlado publicado en The American Journal of Emergency Medicine demostró que la realización de pruebas de hemograma y electrolitos en el punto de atención redujo el tiempo medio de toma de decisiones médicas en casi 100 minutos y acortó la estancia total en el servicio de urgencias en más de 150 minutos (AJEM).
Esto se traduce no sólo en mejores resultados para los pacientes, sino también en un uso más eficiente del personal clínico y del espacio físico, dos recursos cada vez más escasos.